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Lidmi Fuguet

CIELO SE ESCRIBE CON “C” DE CASA. Aspectos ortográficos


Esta es una de las frases más comunes que utilizamos para corregir a nuestros hijos en el cuidado ortográfico al momento de escribir ciertas palabras. Y es que si analizamos a detalle la oración y la escuchamos con cabeza de niño, veremos que tal como la enunciamos, representa una contradicción inmensa; pues explicamos que la palabra que inicia con un sonido de “S” (cielo) se escribe con una letra que se identifica con un sonido de “K” (casa). Ciertamente detrás de esto existe toda una explicación língüística, pero esa información no está al alcance de los niños, incluso tampoco lo está para mucho de nosotros los padres, pues no todos somos maestros, ni hemos realizados estudios superiores en el área.


Partiendo de este ejemplo, lo importante es entender por qué nuestros hijos realizan sustituciones de grafías con tanta frecuencia, específicamente en aquellos casos donde sus representaciones corresponden a sonidos similares.


En los inicios de la etapa alfabética, los niños tienen una visión escritural centrada en la fonética, es decir, escriben tal cual les suena; esto se debe en principio porque nuestros hijos aún poseen un pensamiento concreto y el elemento más palpable de nuestro código escrito es su vocalización, por lo que ellos anclan su construcción desde lo que escuchan. Esta situación ha sido reforzada en las escuelas por la implementación de métodos repetitivos de sonidos para memorizar la vinculación grafía/fonema (el clásico “M” con la “A”, “ma)


Todo lo anterior fuese más sencillo si no existiera variabilidad en la fonética de las grafías, es decir que éstas represententen más de un sonido, en casos específicos de acompañamiento de determinadas letras (como por ejemplo la “C” ó la “Y”) o aquellas que adquieren valor sonoro cuando los acompaña otra grafía que cumple función de auxiliar (como la “C” acompañando a la “H” o “U” acompañando a la “Q”), no todo queda allí, existen mucho más ejemplos que complican un poco más el tema de la ortografía, como en el uso de “G”, “V”, “B” etc.


La solución ya sabemos que no está en aprenderse de memoria todas las reglas ortográficas (con su elevado número de excepciones) que conforman el uso convencional de nuestro código escrito, el éxito de un buen escritor esta detrás de su actitud curiosa y la activación de estrategias metacognitivas para regular su escritura; cómo desarrollarlo en nuestros hijos?

  1. Leer muchos, variados y buenos textos, esto ampliará el registro en la memoria visual para escoger rápidamente la letra convencional de determinada palabra; es decir, escribiré cielo con “C” porque así recuerdo haberlo visto en muchas oportunidades

  2. Usar algún consultor confiable ante la duda, algún adulto, un diccionario físico o digital, entre otros

  3. Jugar a escritura de palabras donde la ortografía sea un elemento clave para completar el juego y ganar, como por ejemplo: Stop, Scrabble, crucigramas, sopa de letras

Aunque para muchos de nosotros el recuerdo del aprendizaje de la ortografía nos refiera a experiencias penalizadoras, mecánicas y aburridas, nosotros como padres podemos hacer la diferencia para que este recuerdo sea en nuestros hijos la experiencia más cálida y significativa junto a sus seres queridos, aprovecha la oportunidad!


Colaboración de Lidmi Fuguet de @peqEstrellitas


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