¡Que mi hijo tenga lo que yo no tuve! Una herencia de desconexión afectiva
Al escuchar ¡Que mi hijo tenga lo que yo no tuve! es fácil pensar en lo material, donde "darle" significa comprar, pagar, etc; Sin embargo, no es de eso de lo que quiero hablarles, me refiero a carencias y necesidades afectivas, esas que al paso de nuestra infancia no quedaron cubiertas y que hoy marcan y dirigen mi relación con mis hijos, porque ya que yo no lo tuve pues que mi hijo si lo tenga.
Se los explicaré con un ejemplo: conversando con una amiga de mi infancia ella me decía: ¡Yo seré la mejor madre cuando tenga mis hijos! porque cuando yo era pequeña mi madre nunca iba a mis presentaciones de baile, así que haré todo lo que esté en mis manos para no perderme ni un solo acto o presentación que tengan.
Y entonces de igual manera te podrás equivocar, argumenté. Porque estarás llenando esa necesidad de tu niña interna, esa carencia tuya de haber visto a tu mamá allí haciéndote barra, pero ¿será eso lo que ellos necesitarán? fácilmente y sin darte cuenta podrías dedicar tu atención a cubrir esta necesidad a ciegas, sin escuchar donde es que ellos te necesitan realmente, es que ni siquiera han nacido y ya está planificado hacia donde destinarás tu atención. (sin intención de juzgarlo, sólo como evidencia del nivel de condicionamiento que esta experiencia nos puede dejar)
No se trata de lo que yo quiero "Dar" se trata de lo que ellos necesitan recibir, solo así se atenderán estas necesidades y dejaremos de heredar de generación en generación carencias afectivas que limitan y dirigen nuestros comportamientos y acciones.
Finalmente, y para entender la posición de su mamá lo cual es necesario para sanar esta necesidad de atención con ella, le comenté: Yo (que crecí contigo) vi como tu merienda escolar siempre era perfecta, tu uniforme era impecable, ella se ocupaba de hacerte los mejores peinados, entre muchas otras cosas especiales que seguramente tu recordarás mejor, esto nos dice que su intención también fué "Ser la mejor madre para ti" ¿Dónde está el error? Es posible que de igual manera ella estuviera sanando las necesidades de su propia infancia, y no se haya percatado de lo importante que era para ti estar en cada presentación de baile.
Mientras nos dejamos guiar por estas necesidades no satisfechas de nuestra infancia, perdemos el rumbo y la conexión de las necesidades reales y actuales de nuestros niños y alimentamos una cadena hereditaria de desconexión afectiva.
¡Que no nos distraigan, los ecos de nuestra propia infancia!