Carla Vivanco
Elección de colegio: una decisión clave para la vida de tus hijos
Cuando los padres deciden iniciar a sus hijos en jornadas de jardín infantil o cuando llega la edad de ingresarlos al colegio, comienza su inquietud sobre esta decisión y buscan exhaustivamente la institución más adecuada de acuerdo a parámetros que ellos definen como relevantes.
Los padres además, consideran factores como el nombre o tradición del colegio, la ubicación, sus resultados en las pruebas nacionales, la vinculación con la familia (si han estudiado allí los padres o abuelos), la participación deportiva o extra curricular y el tipo de religión, moral o ética que sustenta; asignando a cada factor una prioridad relativa a sus intereses y los objetivos personales respecto de la formación de sus hijos. Un grupo menor, analiza además la propuesta educativa general y la forma específica con que educan a los niños y enseñan los contenidos.
Según nuestros registros en el trabajo con padres, un subgrupo de papás, complementa estos parámetros con otra información que consiguen de manera personal, como la opinión específica o historias personales de otros padres o niños y jóvenes que estudiaron allí, observación de las llegadas, salidas de clases, actividades deportivas u otras instancias semejantes.
Todo vale y mientras más información se recauda, mejor. Sin embargo, un vacío preocupante es que, aunque saben y comprenden la relevancia y el impacto que esta decisión tendrá para la vida de sus hijos; no suelen dimensionar que lo central es asegurar que más que su hijo “aprenda” o “tenga una buena base” en su aprendizaje, éste requiere que se asegure su bienestar emocional y su salud mental general; lo que determinará a su vez la base necesaria que favorezca el aprendizaje.
Desde nuestra mirada, los padres y madres, deben considerar en primer lugar las características particulares de sus hijos y analizar si los lineamientos y condiciones del colegio en cuestión calzan y se adecúan a ellas. En segundo lugar, ver si la institución está preocupada genuinamente por el bienestar emocional de los niños; por ejemplo, jardines infantiles que promuevan el apego seguro y colegios que tengan medidas anti bullying, que respeten las diferencias y valoren las inteligencias múltiples.
Animamos a los padres y madres a no descuidar estos aspectos, porque ellos redundan en áreas más generales, significativas y permanentes para la vida de sus hijos.